
En 1839, la reina Victoria tomó el trono y marcó el comienzo de la era victoriana que lleva su nombre. Bajo su gobierno, el Imperio Británico se convirtió en uno de los imperios más poderosos que el mundo jamás haya visto.
Sus súbditos, particularmente entre los miembros más ricos de la sociedad, tendían a atribuir este éxito a lo que veían como su superioridad natural y su sentido eminente.
No obstante, estaban ocurriendo muchos sucesos muy extraños, desde papel tapiz que podía matar, extraños cultos religiosos dirigidos por profetas supuestamente inmortales, y un hombre que podía venderte un rinoceronte sin hacer preguntas, siempre y cuando tuvieras los fondos.